La Evaluación de las Competencias

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La Evaluación de las Competencias
En la medida en que queramos centrar realmente el trabajo docente de la universidad en la adquisición de competencias, convendrá imaginar formas de evaluación que responden a este concepto.

Probablemente la mejor forma de demostrar la consecución de una competencia es a través de la práctica. En esta línea, las actividades de aprendizaje constituyen un buen recurso para observar la adquisición de las competencias. (Cuando hablamos de actividades de aprendizaje, en otro número de esta colección, deberemos tener bien presente la vinculación entre competencias y actividades y, por lo tanto, la coherencia y la coordinación necesaria del conjunto de actividades de aprendizaje).

La Planificación por Competencias en dos Niveles de Responsabilidad

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La Planificación por Competencias en dos Niveles de Responsabilidad
Se trata de las competencias que hay que desarrollar a lo largo de los cursos que dura una titulación. Así pues, es preciso velar por la coherencia en el tratamiento de las competencias.

La planificación del trabajo del estudiante para la consecución de las competencias se tiene que pensar a dos niveles diferentes:

El primer nivel corresponde al órgano responsable de la titulación, que tiene que llevar a cabo una acción de planificación que garantice la coherencia y la compleción del tratamiento de todas las competencias que la titulación tiene señaladas como propias, incluyendo las competencias específicas y las genéricas o transversales.

La Relación entre los Objetivos, las Competencias, los Contenidos y las Actividades de Aprendizaje

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La Relación entre los Objetivos, las Competencias, los Contenidos y las Actividades de Aprendizaje
En todo el proceso de adaptación de educación superior ha aparecido una terminología amplía que dificulta la orientación. Probablemente uno de los factores que han influido en ello es la dificultad de comparación terminológica entre sistemas universitarios de diferentes países.

En este contexto es recomendable usar unos términos determinados, aunque ello comparte los riesgos propios de elegir una opción.

A partir de estas reflexiones, es considerar que los objetivos de una asignatura consisten en conseguir las competencias que tiene encomendadas. Ellos nos permiten hablar, en el proceso de diseño curricular, directamente de competencias, entendiendo que éste es un concepto que incluye el del objetivo.

La Formulación de las Competencias

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La Formulación de las Competencias
El punto de partida para diseñar el currículum, es la formulación de las competencias que el alumno tiene que adquirir en las actividades de aprendizaje.

Recomendaciones para la formulación de las competencias:

Con la finalidad de dar la máxima claridad posible y de orientar tanto al profesorado como a los estudiantes, conviene que la formulación de las competencias –su enunciado-, sea fácilmente identificable en clave de competencia y de finalidad. Con este objetivo, una opción que se manifiesta satisfactoria es utilizar de forma sistemática verbos de acción en infinitvo, para formular el enunciado de las competencias, de modo que se indique, de forma inequívoca, cuál es la acción que se pretende que el estudiante sea capaz de hacer.

Planteamiento de la Planificación Docente

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Planteamiento de la Planificación Docente
Desde el punto de vista del currículum, se propone hacer énfasis en el hecho de que el estudiante es el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje y, en consecuencia, nos invita a planificar la docencia pensando, de forma muy explícita, en el aprendizaje.

Al mismo tiempo, nos presenta el reto de conectar el mundo académico con el mundo laboral a través de las competencias que los estudiantes tienen que adquirir en la Universidad para aplicarlas, después, al ejercicio profesional.