La Relación entre los Objetivos, las Competencias, los Contenidos y las Actividades de Aprendizaje

En todo el proceso de adaptación de educación superior ha aparecido una terminología amplía que dificulta la orientación. Probablemente uno de los factores que han influido en ello es la dificultad de comparación terminológica entre sistemas universitarios de diferentes países.

En este contexto es recomendable usar unos términos determinados, aunque ello comparte los riesgos propios de elegir una opción.

A partir de estas reflexiones, es considerar que los objetivos de una asignatura consisten en conseguir las competencias que tiene encomendadas. Ellos nos permiten hablar, en el proceso de diseño curricular, directamente de competencias, entendiendo que éste es un concepto que incluye el del objetivo.
Una vez definidas las competencias, llega un momento en que hay que definir qué actividades de aprendizaje, vinculadas a contenidos específicos de la materia, propondremos a los estudiantes para desarrollar cada una de las competencias que hayamos enunciado.

Es connatural a este proceso que cada competencia se trabaje a través de diversas actividades de aprendizaje y de distintos contenidos. Como consecuencia, hay que esperar que el número de competencias asignadas a una asignatura sea inferior al número de contenidos y de actividades de aprendizaje.

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