Elementos del marco referencial en la elaboración de programas

Consideramos  que en los procesos educacionales el  programa  escolar  no  es un elemento aislado, sino que  tiene  una  profunda inserción curricular, esto es, todo programa escolar forma  parte concreta de un plan de estudios.

Esta  concepción implica la necesidad de que los docentes  tengan elementos  para interpretar su plan de estudios  y  estudiar  la manera  cómo  determinado  programa forma parte  de  una  táctica concreta, que posibilita, por medio de los aprendizajes, el logro de ciertas metas curriculares (referidas al plan de estudios).
Así,  la  contratación e incorporación de maestros para  las  diversas asignaturas de un plan de estudios no puede ser  concebida como  la  incorporación de especialistas en un área  de  conocimientos que van a "enseñar" su experiencia, sino, fundamentalmente, como la incorporación de personal calificado  para  promover aprendizajes curriculares, relativos a las metas que establece el plan  de estudios, y a la respuesta que estas pretenden dar a  la problemática social que lo genera.

Por  ejemplo, a veces, cuando se necesita la impartición  de  materias como cardiología, cibernética, administración de personal, el  único requisito que se toma en cuenta para la selección  del personal  académico es su experiencia o formación profesional  en el área específica, lo cual ocasiona que en tales  circunstancias los docentes no interpreten su programa escolar desde la perspectiva del plan de estudios en donde se encuentra inserto, sino que desarrollen  básicamente  el  curso  conforme  a  su   particular concepción profesional.

Lo anterior justifica que para la elaboración e interpretación de un programa escolar se necesite analizar los propósitos del  plan de estudios, el tipo de necesidades  sociales e individuales  que se examinaron para su elaboración, las áreas de formación en  que está  organizado,  las  nociones básicas de cada  una  de  dichas áreas,  todo ello, con el fin de obtener un mapa  curricular  que permita  visualizar  la forma como se apoyan e integran  los  diferentes  contenidos  de las asignaturas o módulos  del  plan  de estudios,  para evitar la repetición de contenidos y procurar  la integración  de los aprendizajes. Esta concepción  implica  aceptar que  el docente forma parte de un equipo de trabajo  vinculado íntimamente a un plan de estudios.

Esta  interpretación del plan de estudios permitirá, entre  otras cosas, clarificar las nociones básicas a desarrollar en cada área de formación y por lo tanto en cada asignatura que forme parte de ella.

Por  lo tanto, es necesario que una vez clarificados  estos  contenidos básicos se presenten como propósitos de aprendizajes  del curso.

Además,  en  este marco referencial se  requiere  clarificar  las condiciones  que afectarían   al  desarrollo  del  programa.  No creemos que una programación se pueda instrumentar didácticamente siempre  de  la misma manera, dado que cada  grupo escolar  está afectado  por  circunstancias particulares que es  necesario  detectar  con el fin de poder adecuar a la misma el desarrollo  del curso.

Vale  la pena insistir en la necesidad de efectuar un  diagnóstico de aprendizajes  previo al desarrollo de un curso. Si bien  puede ser adecuado para su realización recurrir a un instrumento formal (prueba-diagnóstico),  creemos  que a la  vez  existen  múltiples actividades  por  las que el docente obtiene de  sus  estudiantes este tipo de información entre las que se encuentran las observa-ciones  que realiza en el transcurso de las sesiones de clase,  y  la  experiencia que el mismo docente va acumulando de su trabajo con grupos anteriores.

Por  esta vía el conocimiento del estado actual de  los  aprendi¬zajes de los alumnos permite adecuar la instrumentación didáctica al "aquí y ahora" de cada grupo escolar. No se trata, por  tanto, de que cuando se detecta que los alumnos no poseen  aprendizajes previos, deben modificarse los objetivos del curso.

Se  trata de conocer la situación actual de los alumnos a fin  de generar una instrumentación didáctica correcta para cada grupo, a partir del conocimiento de las nociones básicas a desarrollar,  y esto  implica  reconocer que la instrumentación didáctica  de  un curso  no  se  puede generalizar, porque cada  grupo  escolar  le imprime a la misma características particulares.

Las condiciones de desarrollo de un programa escolar (institucionales,  ambientales, individuales, metodológicas), conforman  una situación y un campo específico que posibilita la acción docente. Es necesario aclarar que esta situación y campo  no es estática, sino dinámica en si misma, y que por lo tanto la previsión  hecha acerca de ella opera como una primera hipótesis que es  necesario confirmar, fundamentar y, primordialmente, replantear.

Cada  grupo escolar vive una situación particular  que  determina sus  condiciones  de aprendizaje, y éstas, lejos  de  ser  exclusivamente   individuales  y de carácter metodológico, están  con¬formadas  por una serie de situaciones sociales e históricas que es  necesario intentar conocer para poder comprender y  llevar  a cabo una instrumentación didáctica pertinente.

Por tanto, la organización de un marco referencial para la elaboración de programas es una tarea que consiste en analizar un mapa curricular,  a  fin de poder encontrar las nociones  básicas  que pretende  propiciar un plan de estudios, así como determinar una
primera  aproximación a la situación y el campo específico de  un grupo,   como  un diagnóstico de necesidades  para  detectar  las condiciones  que van a incidir en una situación educativa,   elementos que permitirán la precisión de los propósitos del curso. A partir de estos análisis es como se puede considerar la pertinencia de la propuesta de aprendizaje que se concreta en un programa escolar.

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