El contenido de la enseñanza

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El contenido de la enseñanza
Uno de los problemas de mayor trascendencia que enfrenta la  enseñanza actual está relacionado con los criterios de selección y organización de la información científico-técnica en planes y programas de estudio, con la selección de las vías y los métodos con fines de aprendizaje. De aquí que una de las cuestiones ineludibles al organizar y realizar el proceso de enseñanza sea el de la determinación de los contenidos, su selección y  estructuración, sistematización, su ordenamiento según determinados criterios, su dosificación.

No siempre el problema de los contenidos ha tenido la atención que le corresponde en la Pedagogía y la Didáctica. Es frecuente su omisión en textos de Pedagogía y Didáctica, sobre la base que sólo corresponde al especialista en la materia (matemática, física, química u otra), la selección y ordenamiento de la información científica en programas de estudio. En los últimos tiempos, sin embargo, el desarrollo de ciencias como la Epistemología, la  Psicología cognitiva y del desarrollo, la Inteligencia artificial han ayudado a revelar el papel de algunos recursos metodológicos como criterios de selección y organización del contenido de planes y programas docentes, y la importancia que tiene el grado de estructuración del contenido para el logro de conocimientos generalizados y duraderos.

El objetivo en su realización práctica

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El objetivo en su realización práctica
La delimitación de los objetivos con las exigencias anteriormente señaladas no debe conducir al profesor a utilizarlos con carácter inflexible y mecánico, queriendo a toda costa lograrlos en la práctica de la enseñanza. Tal instrumentación en el proceso  implicaría negar la dimensión de la práctica; de las condiciones en que se produce el proceso, y las características particulares de los sujetos participantes. Es decir, el dinamismo del "aquí' y ahora" del proceso de enseñanza-aprendizaje, tan señalado actualmente por diferentes tendencias pedagógicas que revalidan el papel de lo contextual, de lo situacional y de lo individual en este proceso .

Por el contrario, los objetivos así formulados deben plantearse ante los estudiantes como un proyecto a lograr que ellos puedan modificar, eliminar o incluir otros, siempre que estén en la dirección de las finalidades más generales a lograr. Este trabajo de búsqueda de participación del estudiante en el propio proceso de formulación de los objetivos permite concretarlos en función de los intereses y posibilidades de los estudiantes, y lo que es más importante, posibilita el logro de una mayor implicación del  estudiante en el proceso de su aprendizaje.

El problema del lenguaje para la formulación de objetivos

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La determinación del carácter abierto y flexible de los objetivos de enseñanza no agota su caracterización en una nueva conceptualización de este componente del proceso de enseñanza. En particular, en nuestra concepción resulta de gran importancia el contenido de su formulación, el tipo de lenguaje que en ella se  utiliza.

De acuerdo con la teoría de la actividad en la formulación del objetivo debe expresarse su vínculo con la actividad a realizar en relación con su objeto de asimilación o transformación. Esta exigencia vincula al objetivo con el contenido de la actividad y en consecuencia con el contenido de la enseñanza. Es decir, los problemas o tareas que se propongan al estudiante deben estar estrechamente vinculados con el conocimiento que se aspira que logren. De esto depende en gran medida el éxito de la enseñanza.

La necesidad de vincular el objetivo con la actividad a realizar por el estudiante exige su formulación en términos de acciones o tareas a resolver por el estudiante.

En la pedagogía por objetivos, por su carácter específico y programado, la tarea que debe realizar el estudiante se reduce en muchos casos a la mera apropiación de procedimientos y algoritmos previamente formalizados y preparados por el profesor que conducen a una actividad meramente reproductiva en la que fundamentalmente participan procesos de memoria (fijación, retención, reconocimiento y otros).

Método de elaboración de objetivos

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Método de elaboración de objetivos
Para elaborar los objetivos existen tres tipos de métodos que aunque han sido utilizados en alguna medida para la confección del perfil profesional pueden ser también empleados en la elaboración de los objetivos de las disciplinas y los programas.

El primer método consiste en analizar la actividad específica que ha de realizar el profesional y su esfera de acción, para descomponerla en la secuencia de acciones más generales según la lógica de la propia actividad profesional.

En cada una de estas acciones generales es a su vez necesario distinguir los conocimientos específicos y lógicos que están en su base y  que son necesarias para su realización, sus objetivos, objeto, secuencias de operaciones de la acción y condiciones en que ella se efectúa. De esta forma se llega a identificar un conjunto de conocimientos, de métodos y procedimientos lógicamente concatenados para la realización de la actividad. A par¬tir de esta identificación pueden concebirse las disciplinas y asignaturas necesarias para la formación profesional con su  correspondiente sistema de conocimientos y habilidades.

Los objetivos como proyecto a lograr en la educación

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El problema de la determinación de los objetivos de enseñanza ha sido una cuestión de central preocupación de la Pedagogía. Desde la época de Comenius se reconocía su importancia en la "Gran Didáctica" cuando se señalaba que la principal deficiencia de la actividad pedagógica era la carencia de objetivos planteados con exactitud.

El planteamiento de objetivos como componente indispensable de toda actividad humana ha sido trabajado por las mas disímiles tendencias psicológicas: desde aquéllas que de forma extrema, mecánica y particularizada han argumentado la necesidad de su concreción específica (conductismo y neoconductismo), hasta aquéllas que, en reacción a estas teorías, han pretendido negar su existencia, eliminando del vocabulario psicológico el término que convencionalmente lo designa, y proponiendo en sustitución otros mas abarcadores y generalizadores como el de proyecto, finalidades y otros.

Sin embargo, producto de la influencia que ha ejercido el enfoque tecnológico en la enseñanza (variante contemporánea que se fundamenta teóricamente en el conductismo o neoconductismo), el criterio dominante aún actualmente en la práctica educativa consiste en darle una prioridad al objetivo en la programación de la enseñanza, e incluso en establecer una relación muy estrecha entre objetivo y resultados a lograr, quedando así todo el proceso evaluativo determinado por los objetivos inicialmente previstos. De igual forma se vinculan a los objetivos los restantes componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje.