El profesor de la Universidad de La Rioja, Raúl Santiago,
ha formado parte del equipo pedagógico encargado de coordinar los
contenidos para la aplicación 'El pájaro caracol', un cuento interactivo
que incluye actividades didácticas para trabajar temas curriculares con
niños de tres años, es decir, cuando inician su etapa de Educación
Infantil. Este proyecto se engloba dentro de la línea de investigación
seguida junto a Fermín Navaridas, miembro también del área de Didáctica y
Organización Escolar de la UR, «centrada en ver cómo influye el uso de
tecnologías móviles en las aulas», explica.
Didáctica crítica
La sensibilidad crítica, asignada al docente socialmente, considera que
la relación de sujetos, con sus opiniones, debates, discusiones; si va
acompañada de reflexiones debidamente argumentadas o sustentadas, forman
la actitud crítica, aquella que es capaz de visualizar más allá de lo
que dicen las palabras y que reflejan las verdaderas intenciones del
interlocutor.
Las posiciones críticas se fortalecen cuando hay cuestionamientos fuertes, que no son más que posiciones evaluadoras que tratan de debilitar las ideas expuestas, siendo necesario acudir a la argumentación lógica para rebatirlos, formando escalas en el rigor intelectual del docente.
Las posiciones críticas se fortalecen cuando hay cuestionamientos fuertes, que no son más que posiciones evaluadoras que tratan de debilitar las ideas expuestas, siendo necesario acudir a la argumentación lógica para rebatirlos, formando escalas en el rigor intelectual del docente.
El arte de enseñar y de aprender
Habitualmente cuando se habla de educación se la concibe como uno de los instrumentos más poderosos para mejorar el bienestar de las personas. Y los argumentos que sustentan tal posición suelen ser los siguientes: la educación permite que la gente desarrolle sus habilidades, destrezas y capacidades; contribuye a que los seres humanos participen activa y conscientemente en el mejoramiento de su entorno familiar, comunitario y social; cuando las personas cuentan con más y mejor educación, aumentan las posibilidades de llevar una vida prolongada, saludable y de buena calidad; finalmente, se argumenta que la educación es un factor que influye en la reducción de la pobreza y la exclusión social, así como en la construcción de sociedades más democráticas, tolerantes, estables y pacíficas.
La pedagogía desafiada por las ciencias
Aplicar la ciencia a la enseñanza es fundamental. Las dificultades en su
estudio en nuestro sistema educativo tensan las cuerdas creativas en la
búsqueda de las mejores fórmulas para el aprendizaje.
La investigación es parte inexorable del proceso pedagógico. Aplicar la ciencia a la enseñanza permite elaborar, con calidad, didácticas que posibiliten al profesor mejorar su labor ante el aula.
La actividad científica es constante entre maestros y profesores. Muchos son los resultados alcanzados ya, si se tiene en cuenta que el país cuenta con 51 662 másteres y 1 136 doctores que trabajan en aulas del Ministerio de Educación, sin contar los tantos que están en las universidades o centros científicos.
Escucharlos, tomar en cuenta sus horas y horas de trabajo y desvelo, debe formar parte importante en el empeño de lograr una educación de excelencia y un graduado apto para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
La investigación es parte inexorable del proceso pedagógico. Aplicar la ciencia a la enseñanza permite elaborar, con calidad, didácticas que posibiliten al profesor mejorar su labor ante el aula.
La actividad científica es constante entre maestros y profesores. Muchos son los resultados alcanzados ya, si se tiene en cuenta que el país cuenta con 51 662 másteres y 1 136 doctores que trabajan en aulas del Ministerio de Educación, sin contar los tantos que están en las universidades o centros científicos.
Escucharlos, tomar en cuenta sus horas y horas de trabajo y desvelo, debe formar parte importante en el empeño de lograr una educación de excelencia y un graduado apto para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Amor y pedagogía
ERNESTO BURGOS
HISTORIADOR
Si les digo que hay personas que disfrutan practicando la cocotología,
seguramente no me entenderán; si les hablo de papiroflexia, entonces
seguro que sí. Don Miguel de Unamuno se detenía a veces en este
entretenimiento que consiste en ir plegando una hoja de papel hasta
darle forma de animal o de objeto fantástico. Don Fulgencio, uno de los
personajes de su novela «Amor y pedagogía», también se dedicaba a este
pequeño arte y aparece en el texto como autor de un manuscrito llamado
«Apuntes para un tratado de cocotología».
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