¿Cómo enseñar valores en la familia?

La fábula es una narración que presenta como personajes a objetos y animales, los cuales al final de ésta dejan una enseñanza llamada moraleja. “Su orientación está centrada en inculcar tanto a niños como adultos aspectos positivos de una forma didáctica y entretenida, con base en la narración de una historia en la que las temáticas en torno a los valores es lo fundamental, ocupándose siempre de poner especial énfasis en la enseñanza final o moraleja”, afirma la psicóloga Sandra Milena Mosquera Valbuena a LA NACION.

Recuerda la profesional que “los valores son las reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportamos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. Al nacer, los niños no son ni buenos ni malos. Con la ayuda de sus padres, educadores y de los que conviven con ellos, aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir”.

Es por ello que la utilización de las fábulas resulta ser una herramienta educativa eficaz para fortalecer los valores en los niños.

Explica Mosquera Valbuena que a partir de las fábulas no sólo se fomentan los valores en los niños, sino que se permite también el desarrollo de aspectos tan importantes como la imaginación y de habilidades relacionadas a la creatividad, la expresión, la reflexión y la comunicación, entre otras.

“Además, las fábulas se presentan como una buena excusa para comenzar a fomentar la lectura y todos los aspectos de la literatura desde edades tempranas, haciendo uso de sus atractivos personajes y sus llamativos contextos e historias, mostrando la lectura no sólo como una fuente de conocimiento, sino también como una fuente de placer”, precisa la psicóloga.

Agrega que actualmente se requiere volver a fomentar tanto en los colegios e instituciones educativas, como en la familia, la lectura sobre las fábulas de Esopo que se han empleado para el fortalecimiento de los valores, y más, en una sociedad como la nuestra carente de los mismos.

Por ello, comparte la siguiente fábula, una de las más conocidas de Esopo: La liebre y la tortuga: Cierto día una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una tortuga. Pero ésta, riéndose, le replicó:

-Puede que seas veloz como el viento, pero yo te ganaría en una competencia.
Y la liebre, totalmente segura de que aquello era imposible, aceptó el reto, y propusieron a la zorra que señalara el camino y la meta.

Llegado el día de la carrera, arrancaron ambas al mismo tiempo. La tortuga nunca dejó de caminar y a su lento paso pero constante, avanzaba tranquila hacia la meta. En cambio, la liebre, que a ratos se echaba a descansar en el camino, se quedó dormida. Cuando despertó, y moviéndose lo más veloz que pudo, vio como la tortuga había llegado de primera al final y obtenido la victoria.

“Moraleja: Con seguridad, constancia y paciencia, aunque a veces parezcamos lentos, obtendremos siempre el éxito”

* Psicóloga


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“Con la ayuda de sus padres, educadores y de los que conviven con ellos,   niños y niñas aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir”.

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“A partir de las fábulas no sólo se fomentan los valores en los niños, sino que se permite también el desarrollo de aspectos tan importantes como la imaginación y de habilidades relacionadas a la creatividad, la expresión, la reflexión y la comunicación”.

La Nación

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