Calidad educativa, encrucijadas y desafíos

Circula por Internet una nota periodística difundida por agencias noticiosas sobre la implementación de un revolucionario proyecto educativo en el Japón llamado “Cambio valiente” (“futoji no henko”), un modelo sincrético que conjuga experiencias pedagógicas significativas que parten de la implementación de programas educativos europeos y asiáticos (Erasmus, Grundtvig, Monnet, Ashoka y Comenius).

Esta novedosa propuesta busca una transformación conceptual y actitudinal disruptora de los actuales paradigmas educacionales y la formación deconstructiva de nuevos agentes educativos que participen en el proceso de la enseñanza-aprendizaje como ciudadanos del mundo y no como simples urbanitas locales.


En esas escuelas no se hacen “izadas” de bandera, no se ostentan escudos fantasiosos, no se entonan himnos guerreristas, no se rinden honores a héroes y mártires forjados por una historia patria mentirosa y chovinista. Los estudiantes ya no creen que su país es superior a otros por el sólo hecho de haber nacido allí. Cuestionan la participación de su nación en conflictos continentales y mundiales y no piensan ir a una guerra para defender intereses económicos y geopolíticos de grupos y centros de poder disfrazados de falsos nacionalismos patrioteros.

Estudian, comprenden, respetan y aceptan diferentes culturas y su horizonte de sentido global va más allá de las difusas fronteras que separan los pueblos y sus culturas. Este cambio se está generando en uno de los países más tradicionalistas del mundo con una plataforma curricular basada en elementales conceptos tales como cero patriotismo, cero materias relleno, cero ejercicios mnemotécnicos, cero inútiles tareas.

El pénsum sólo tiene 5 materias: Matemáticas (uso electrónico de operaciones básicas). Lecto-escritura (comienzan con una hoja diaria del libro escogido y terminan leyendo un libro por semana y escribiendo sobre él). Civismo (respeto por la ley, las normas de convivencia y el medio ambiente, valor civil, ética, tolerancia y cooperativismo). Telemática (Internet, software, redes sociales y programas on-line). Idiomas, alfabetos, religiones y culturas (japonesa, americana, china y árabe, visitas de intercambio).

Los resultados son evidentes y relevantes: jóvenes que hablan 4 idiomas, conocen 4 culturas, 4 alfabetos y 4 religiones; expertos en uso de sistemas computarizados; infatigables lectores leyendo 52 libros por año; individuos respetuosos de la ley, el medio ambiente y la convivencia; desarrollo de competencias lógico-matemáticas y comunicacionales a la par del cultivo de inteligencias múltiples, entre ellas la emocional y la artística.

Presupuestos
En su Informe Global 2011, La UNESCO demuestra que los presupuestos gastados en cruentos y absurdos conflictos armados (35 guerras civiles en los últimos 10 años) "roban" la posibilidad de educar a 28 millones de niños en todo el mundo y afirma que no se alcanzarán en 2015 los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU relacionados con educación.

El 42% de los menores en edad de cursar los primeros años de enseñanza, no asiste a una escuela. Estudios realizados por el Banco Mundial, BID, UNESCO, OEI y PREAL (Programa Promocional de Reforma Educativa en América Latina y el Caribe), coinciden en señalar la crisis educativa que padecemos como factor determinante de la baja productividad latinoamericana. El 40% del estudiantado que culmina el nivel de Básica Primaria no comprende un ensayo de 500 palabras.

Julián de Zubiría (Instituto Alberto Merani) indica que según las pruebas internacionales y nacionales, después de estar 11 años en el colegio, tan sólo 2 de cada 100 estudiantes colombianos pueden leer críticamente y argumentar sus ideas. Sólo el 10% del magisterio latinoamericano tiene acceso a cursos de actualización.

Esta capacitación sólo la ve el maestro como factor de ascenso y el Estado como una amenaza presupuestal. Cuán lejos estamos de cumplir con las metas fijadas en el Congreso Iberoamericano “Metas 2021” (Buenos Aires, 2010), una de ellas, la Meta General Quinta: mejorar la calidad de la educación y el currículo escolar. Según un estudio de la Universidad Nacional (Henry J. Herrera S.), un sistema educativo como el nuestro: pobre, atrasado, excluyente, desintegrado e ineficiente, presenta una esclerosis múltiple en materia de contenidos, formas procesos y desconoce a sus protagonistas (maestros, estudiantes y padres de familia) como sus verdaderos protagonistas.

Creencias
Seguimos rindiéndole culto a ridículas creencias tales como creer  que una panóptica infraestructura megacolegial es el factor determinante en el aprendizaje escolar; presumimos que la cobertura es la causa eficiente y final de la calidad educativa y que los colegios por concesión y las fementidas acreditaciones académicas son las brillantes respuestas a nuestras hiperbólicas crisis educativas. Nunca nos hemos preguntado por qué han fracasado las políticas de retención que intentan conjurar los altos índices de deserción escolar.

Las bibliotecas siguen siendo lugares silenciosos y de castigo ajenos a la fiesta de la lectura y de la vida y ni qué decir de las salas de informática, misteriosos lugares a los cuales acuden medrosos estudiantes a una “alfabetización digital”, solemne liturgia didacticoide (más formalismo que contenido) donde se aprende de manera operativa a utilizar herramientas de software y hardware, pero nunca a aplicarlas en su vida académica y cotidiana.

En lugar de hacer uso de los nuevos arquetipos y estrategias de mediación interactiva y conectividad pedagógicas, se castiga ejemplarmente a aquellos transgresores del manual de convivencia, contraventores  que en allanamientos, “desarmes” y requisas y de manera infraganti, se atreven a desafiar el reglamento escolar y burlar el solemne orden colegial introduciendo clandestinamente y de manera sospechosa, elementos desestabilizadores del orden camuflados en bolsos y mochilas tales como tabletas, celulares, laptos, mp3, PSP, USB y aparatos on line que son de uso privativo de los profesores y los directivos del plantel.

Los currículos escolares a través de artesanales competencias laborales, pedagogías conductistas, didácticas fragmentadas, logros formateados, recetarios estandarizados de falsas competitividades y evaluaciones funcionalistas, están orientados hacia un fetichista mercado laboral (mano de obra barata) con sus vagos espejismos sobre una quimérica movilidad social orlado con la fatuidad de una moda empresarial llamada emprenderismo donde hacen su desfile de pasarela la iniciativa, la cultura empresarial y organizacional y el liderazgo productivo.

Los analistas
Algunos analistas se preguntan por qué  las leyes y el mundo del marketing van en contravía de una educación humanista y de calidad. El maestro no puede reducirse a un simple instructor que hace uso mecánico de pruebas, aparatos y didácticas instrumentales y estandarizadas. Un sistema educativo como el nuestro no permite trascender el discurso simplista y almidonado sobre las competencias laborales pronunciado por el Ministerio de Educación Nacional y el SENA.

Las políticas de cobertura (incluida la gratuidad) no dicen nada por sí solas y no pueden seguirse confundiendo con planes de calidad, tampoco pueden ni deben estar divorciadas las unas de los otros. El proceso de educabilidad y enseñabilidad debe medirse cualitativamente, es decir, a través de factores de calidad y no sólo cuantitativamente (pruebas Saber, estándares, metas, indicadores de logros, índices de cobertura, repitencia y deserción).

La escuela como institución debe experimentar cambios sustanciales en cuanto a la calidad del servicio que debe prestar, lejos de insípidas e irrefutables barras estadigráficas e insulsas y mentirosas certificaciones. Serios estudios sobre las recientes políticas educativas en Colombia se preguntan si el asistencialismo educativo mediante planes y programas de gratuidad (becas y subsidios), estará impactando realmente la calidad de vida, el modus vivendi y la movilización social de los beneficiarios de dicho servicio.

En extinción
Estudios internacionales como los que ha llevado a cabo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico  OCDE, plantean que la escuela está en peligro de extinción porque ésta no está en capacidad de cubrir las expectativas de la población sobre desarrollo humano y mejoramiento de su calidad de vida.

Otros analistas, satanizados como subversivos y anarquistas sostienen que la escuela ya cumplió su secular ciclo vital y que el sistema educativo actual está en cuidados intensivos. Frente a las complejidades propias de una crisis estructural como la educativa, debe hacerse una convocatoria amplia donde participen proactiva y sinérgicamente gremios, sectores, agentes y gestores culturales y educativos.

Se deben desarrollar estrategias claras y ejecutables de capacitación docente. Propugnar, a su vez, por la creación de redes pedagógicas, intercambio de experiencias, diálogo de saberes y vivencias.

Revisar el mapa curricular descubriendo sus lugares ocultos y abriendo nuevos circuitos de integración académicos y pedagógicos. Propender por el mejoramiento de la acción áulica y la transversalidad educativa (arte, cultura, educación ambiental y tics) a través del fortalecimiento de los proyectos pedagógicos y los intercambios educativos y culturales hoy por hoy sumidos en el olvido y la indolencia.

Se debe insistir en una formación integral de profesores y estudiantes donde el humanismo, el conocimiento científico y la tecnología convivan en el aula y donde el desarrollo de las competencias no termine siendo una negación del carácter humano y social de los agentes que participan en el acto educativo, lejos de la cosificación, el oprobio, la marginalidad y la exclusión.

Esa formación integral consiste en desarrollar armónica e integralmente al ser humano en los campos ético, espiritual, cognitivo, afectivo, comunicativo, estético, corporal y socio-político, para su realización plena como seres humanos en una sociedad apática, individualista e indiferente como la nuestra que le niega a sus miembros la posibilidad de realizar su proyecto de vida y felicidad. 

Eco-socio-región
Los estudios prospectivos sobre calidad de la educación vista ésta como servicio, proceso y derecho, deben propender por mejorar las situaciones deficitarias (debilidades y amenazas) relacionadas con la pertinencia de la oferta, la demanda, la inclusión, la movilidad y/o permanencia de la población escolar, el desarrollo de las competencias, la revisión y la retroalimentación de los procesos institucionales de evaluación y desarrollo curricular en términos de aplicación de los referentes de calidad (lineamientos, objetivos, estándares, logros, competencias y orientaciones pedagógicas generales). Una educación con calidad debe propender por el abordaje situacional cotidiano, praxiológico y proxémico que provoque y facilite el (des) aprendizaje reflexivo, interactivo, afectivo, emocional, actitudinal, ético, axiológico y social.

Se contribuye de esta y muchas otras maneras, a la formación de individuos conscientes de su papel histórico, asuntivo y comprometido como ciudadanos del mundo inmersos en el exuberante mundo eco-socio-sistémico y multidimensional de los seres y las cosas donde se conjugan el ayer, el aquí, el ahora y el después, todo un universo dispuesto armónica y holísticamente en un escenario etopedagógico signado por el diálogo y el encuentro de los saberes y el intercambio de experiencias vivenciales y orientado desde el pluralismo y la diversidad por los principios y valores de la integración, la sostenibilidad, la autonomía, la solidaridad, la convivencia y el respeto por las diferencias.

Nuestra eco-socio-región necesita del concurso de sus agentes educativos, trabajadores del conocimiento, intelectuales orgánicos, gestores y mediadores pedagógicos que desde la perspectiva de las inteligencias múltiples e integradas y conocedores de su realidad histórica y sociocultural, formulen planes, programas y proyectos para afrontar los desafíos de los nuevos tiempos desde una perspectiva científica, ética y política.

Somos el resultado de la educación que recibimos y que hoy le brindamos a las nuevas generaciones.

El Diario del Otún

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