Es necesario tener presente que la instrumentación de un programa escolar, esto es, la selección de actividades de aprendizaje (técnicas y recursos didácticos) y de las técnicas de evaluación, no se puede realizar únicamente como una actividad técnica, aséptica, sino que en la elección de tales instrumentos se con creta (de manera consciente o no para el profesor), una concepción de la sociedad, del hombre y del aprendizaje.
Para la selección de los instrumentos didácticos no basta el conocimiento aislado que se puede tener de ellos, si no que es necesario recurrir a explicaciones teóricas sobre el aprendizaje y la educación para encontrar elementos que den unidad y coheren¬cia a las actividades de aprendizaje y a los instrumentos de evaluación que se elijan.
En la instrumentación de las actividades de aprendizaje, vale la pena precisar las aportaciones que se han hecho a partir del desarrollo de una teoría de grupo, que posibilite hablar de una¬ didáctica grupal como instrumento teórico operativo para el aprendizaje. No se trata de acudir únicamente a las técnicas grupales o de la dinámica de grupos como se concibe actualmente, si no, fundamentalmente, de reconocer que el acto de aprender es una acción social, y que el docente requiere de una formación específica en el desarrollo de la teoría de grupo para fomentar los aprendizajes.
Consiguientemente, cuando el esquema refe¬rencial individual entre en contacto con el esquema referencial del otro, se posibilita la apropiación y transformación del conocimiento en un proceso de construcción y movilización del propio
esquema referencial. Es necesario reconocer, por otra parte, que el esquema referencial involucra no sólo los pensamientos de un individuo, sino también el conjunto de sentimientos y emociones con los que aquel actúa, tal como lo concibe Pichón Riviere.
Esta instrumentación está conformada por dos grandes momentos: la planificación de situaciones de aprendizaje y la planificación de la acreditación del mismo.
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